Si eres amante de la comida asiática, seguramente has escuchado hablar de los Momos. Estos sabrosos bocados se han ganado un lugar especial en los corazones (y estómagos) de muchas personas alrededor del mundo. Originarios del Tíbet, los Momos son considerados uno de los platos más representativos de Himalaya.
La historia de los Momos se remonta siglos atrás, cuando los comerciantes tibetanos comenzaron a llevar su cultura culinaria a diferentes partes del mundo. Estos pequeños bocados llegaron a ser muy populares en Nepal, India y Bhután, donde se han convertido en un plato típico y muy apreciado por locales y turistas.
La masa se realiza con harina, que se amasa con agua y se deja reposar para obtener una textura suave y elástica. Luego se divide en pequeñas porciones que se aplanan con un rodillo. El siguiente paso es el relleno, que puede variar según los gustos y la región. Los rellenos más comunes son a base de carne de cerdo, pollo o verduras, sazonados con una mezcla de especias y hierbas aromáticas, aunque también hay rellenos vegetarianos y veganos.
La forma de los Momos varías según la zona, ya que las técnicas de plegado y sellado son variadas y cada región tiene su estilo característico. Las formas más comunes son de media luna, rosa o incluso pequeñas cestas.
Una vez formados, los Momos se cocinan al vapor o se pueden hervir. Esto asegura que conserven su sabor y textura, además de ser una opción saludable. Al servirlos, se acompañan con diferentes salsas, como el chutney de tomate, chutney de cilantro o salsa de soja, para realzar aún más su sabor único. Al tratarse de un plato tan popular, se puede encontrar en casi todos los restaurantes del país, además de en multitud de puestos de comida callejera.
