Posiblemente uno de los platos más conocidos y emblemáticos de la cocina asiática. Los Dim Sum tienen una rica historia que se remonta a la antigua Ruta de la Seda, cuando los comerciantes y viajeros chinos necesitaban un lugar para descansar y reponer fuerzas durante su travesía. Fue así como nacieron las casas de té, donde se servían pequeños bocados para acompañar las infusiones. Con el tiempo estos bocados se convirtieron en una comida en sí misma y surgieron los Dim Sum tal como los conocemos hoy en día.
Hong Kong es uno de los lugares donde los Dim Sum alcanzaron gran popularidad. Estos bocados se sirven tradicionalmente durante el yum cha, una comida matutina que combina té y una amplia variedad de platos. Sin embargo, actualmente los puedes encontrar en restaurantes especializados en Dim Sum en muchas partes del mundo.
La preparación de los Dim Sum es todo un arte. Se elaboran a partir de una fina masa de harina de trigo o arroz, que se rellena con una variada selección de ingredientes. Entre los rellenos más comunes se encuentran el cerdo, el pollo, los mariscos, las setas, las verduras y el bambú. Además, se utilizan diversas técnicas de cocción, como el vapor, el hervido y el frito, lo que le da a cada Dim Sum una textura y sabor únicos.
Lo maravilloso de los Dim Sum es la amplia variedad de sabores y texturas que ofrecen. Puedes deleitarte con los dumplings al vapor, envueltos en una delicada masa translúcida que revela su delicioso relleno al primer bocado. También puedes probar los wonton, pequeñas bolsitas de masa rellenas de carne y mariscos, que se sirven en una reconfortante sopa caliente. Y no podemos olvidar los famosos shumai, pequeñas cestas de masa rellenas de carne de cerdo o gambas, que se cocinan al vapor y se presentan con un toque de caviar de tobiko.
Además de su delicioso sabor los Dim Sum son una experiencia social y familiar que se suele compartir en la mesa, lo que fomenta la conexión y el disfrute en compañía. La forma tradicional de comer Dim Sum es pedir diferentes variedades.
