Si hay un plato que ha conquistado los paladares de todo el mundo, ese es el curry. Con su combinación única de especias y aromas el curry nos transporta a tierras lejanas y nos hace experimentar una explosión de sabores que nos deja siempre queriendo más.
El curry tiene sus raíces en la India y el sudeste asiático. Aunque su origen exacto es incierto, se cree que se remonta a más de 4.000 años atrás y, desde entonces, se ha convertido en un elemento básico de la cocina de la India y otros países vecinos, como Tailandia, Sri Lanka y Malasia.
Cada región y cada hogar tiene su propia receta por lo que no es posible ofrecer una receta única. Algunas de las especias más comunes utilizadas son el comino, la cúrcuma, el cilantro, el jengibre, la canela, el cardamomo y el clavo de olor. Estas especias se muelen y se mezclan para crear una pasta o una mezcla en polvo, que luego se mezcla con otros ingredientes para crear el curry.
El curry se cocina de diferentes maneras según la región. En la India, por ejemplo, se pueden encontrar una variedad de curries, desde los suaves y cremosos hasta los picantes y ardientes. Algunos de los platos más famosos incluyen el curry de pollo, el curry de cordero, el curry de vegetales y el curry de pescado.
En Tailandia el curry también se utiliza ampliamente en la cocina, pudiendo encontrar curries rojos, verdes y amarillos, que se elaboran con pasta de curry fresca y se combinan con leche de coco para crear una base cremosa y sabrosa. Los ingredientes típicos con los que se acompaña son pollo, gambas, verduras y hierbas aromáticas como la hierba de limón o la albahaca tailandesa.
El curry es un plato versátil y adaptable lo que lo hace tan popular en todo el mundo. Se ha convertido en un símbolo de la cocina internacional y se ha integrado en muchas culturas culinarias.
